Las claves son un instrumento
de percusión formado por un par de bastones cilíndricos
de madera maciza. Su diámetro es de aproximadamente 2.0 centímetros
por una longitud de 25 cm. También se llama clave al
instrumentista que lo ejecuta.
El sonido se produce al percutir uno sobre el otro.
El ejecutante debe procurar sujetar el instrumento utilizando la menor
superficie posible, para no ahogar el sonido. El timbre de este
instrumento es agudo y dependiente del material o corte y tipo de
madera, así también como de su acabado.
La primera utilización de estas clavijas como
instrumentos de música ocurrió en los arsenales mencionados anteriormente,
cuando fueron utilizadas para acompañar los cantos de trabajadores hispanos o
africanos dedicados a esas labores. Desde sus inicios en la música, las claves
funcionaron como guías rítmicas del canto. Comenzaron así a organizar
rítmicamente la música que acompañaban, que por supuesto carecía del
ordenamiento métrico que ya en aquel entonces proponía la música escrita.
Las claves ejecutaban patrones o esquemas rítmicos de gran precisión, que
servían para organizar y estabilizar no solo el ritmo, sino toda la música en
si. Por esta razón, al incrementarse con el tiempo la cantidad de interpretes
participantes y hacerse más y más complejas las interpretaciones, las claves
incrementaron su importancia en la música cubana, sobre todo en aquella que se
trasmitía de forma oral o espontánea.
Los esquemas rítmicos propuestos por estos instrumentos se convirtieron así en equivalentes al empleo de la barra de compás en la música escrita. Ellos lograban impregnar a la transmisión oral exactamente la misma precisión rítmica y por tanto la misma capacidad de organización de la música que se lograba en esa época sólo con su escritura. Con el tiempo lo más importante no fue el instrumento musical en si, sino los patrones rítmicos que con él se proponían. Apareció de esta forma otro elemento característico de la música cubana que ayudó sustancialmente a enriquecerla: el esquema o patrón rítmico conocido también como clave cubana. Solo por aquí por percusión activa.
Los esquemas rítmicos propuestos por estos instrumentos se convirtieron así en equivalentes al empleo de la barra de compás en la música escrita. Ellos lograban impregnar a la transmisión oral exactamente la misma precisión rítmica y por tanto la misma capacidad de organización de la música que se lograba en esa época sólo con su escritura. Con el tiempo lo más importante no fue el instrumento musical en si, sino los patrones rítmicos que con él se proponían. Apareció de esta forma otro elemento característico de la música cubana que ayudó sustancialmente a enriquecerla: el esquema o patrón rítmico conocido también como clave cubana. Solo por aquí por percusión activa.
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